martes, 18 de mayo de 2010
"The Road" (La Carretera), el camino hacia la dignidad humana
Papá, ¿nosotros llevamos el fuego?
La Carretera es de aquellos libros que perduran en la mente de aquél que se atreve a leerlos. Ya pueda ser por su cruenta y dura realidad, por su excelente prosa o por su significado profundo y ardiente, La Carretera no es una novela de ficción más. Es un alegato a la esperanza sobre todas las cosas. Tamaño significado no es fácil de asimilar, más y cuando, el peso de la razón del mismo libro recae en las desventuras de un padre y un hijo en un mundo arrasado y plagado de la más hiriente y peligrosa miseria humana. Cuando se habló de adaptar la novela de Cormac McCarthy a la gran pantalla, muchos se tiraron de los pelos. Casi ningún estudio quería meterse en camisa de once varas ante una novela tan políticamente incorrecta y peligrosa. Más y cuando, toca temas de formas y maneras en las que solo Cormac McCarthy sabe salir airoso. Tras el éxito de No es País para Viejos y el beneplácito correspondiente de la crítica, el camino estaba hecho. La novela ganadora del premio Pulizter tenía material suficiente como para dar a luz un poderosísimo y sobrecojedor largometraje, pero había que ir con pies de plomo. Aunque fueron muchos los nombres que se barajaron en la dirección del film (se llegó a rumorear que los mismísimos hermanos Coen se pondrían detrás de las cámaras), el peso recayó en un hombre relativamente desconocido, John Hillcoat, que lo único que tenía en su haber era un excelente y extraño western, La Proposición. En la distribución de papeles, también hubo controversia. Si bien nadie ponía en duda que el papel del Padre recaería en el siempre eficiente Viggo Mortensen, hubo muchísimas dudas y problemas al ver que el rol de la Madre, acabaría en Charlize Theron. No por su elección, si no por el supuesto peso que cobraría en la película su personaje (más del que tenía en el libro). Gracias a Dios, todos esos rumores y dudas, han acabado haciendo aguas por todos lados.
La Carretera nos cuenta la historia del viaje por la supervivencia de un padre y un hijo en un futuro post-apocalíptico. Tras un desastre indeterminado (¿y quién necesita saber realmente que pasó?), el mundo tal y como lo conocemos, se desmorona. Los animales mueren, lo que fué verde, ahora es gris. Lo que antes crecía, ahora se pudre. Las ciudades han quedado desiertas, llenas de ceniza y escombros. Los pocos supervivientes, se dedican a viajar como refugiados hacia otros lugares en busca de algo mejor, esquivando y sorteando a las peligrosas bandas de caníbales que pueblan las carreteras. En medio de todo el caos, El Padre (Viggo Mortensen) y el Hijo (Kodi Smit-McPhee) intentan sobrevivir de la mejor manera posible, mantiendo la integridad que caracteriza al género humano.
La Carretera es una película de personajes. El peso de la historia recae en los dos avatares protagonistas, y el desarrollo de la película se basa en sus acciones, pensamientos y recuerdos. La química presente entre Viggo y Kodi es realmente maravillosa. Es tan palpable, real y creíble, que hay momentos en los que piensas que son padre e hijo en la vida real. Jamás en mis años de cine (y se pueden decir que no son pocos) he visto una relación tan bonita y hermosa, tan deliciosamente real, como la que se puede ver en el film. El Padre, una persona supuestamente acomodada a la vida con su esposa en un mundo ideal, se ve forzado a criar solo (tras la negativa y egoísta reacción de su esposa al dar a luz) y llevar hacia un buen lugar a su hijo en un mundo que no se lo pone fácil. Se ve obligado a cargar con el peso de una criatura a la que quiere mostrarle lo mejor de un universo que se desmorona poco a poco e intenta hacerle lo más llevadero posible la elección de vivir en tales condiciones. Es la dualidad entre La Madre (interpretada en los recuerdos del Padre por Charlize Theron) y El Padre, la que nos hará ver como la figura del personaje de Viggo Mortensen es alguien sacrificado, noble y justo ante la adversidad (una persona de principios), mientras que por el contrario, su esposa se refleja como el egoísmo más puro y carnal. Debilidad que también escojen todos los que deciden olvidar todo aquello que nos hacía humanos y caminan hacia la pérdida absoluta del enterismo en pos del más salvaje y despiadado canibalismo, y que está presente y reinante durante todo el film. Durante su viaje, se verán sometidos a durísimas pruebas y situaciones, que revelarán la naturaleza de ambos (el fuego como lo denominan la pareja protagonista). Situaciones, que si en el libro se reflejaban agustiosas, duras o conmovedoras, en su traspaso a la pantalla, se ven aún más demoledoras. Momentos cuando se encuentran con la emboscada de caníbales y El Padre se ve obligado a disparar a uno de ellos (con el consiguiente llanto por miedo, terror y desconcierto hacia la figura de su padre por parte del hijo) o el encuentro con la figura del hombre viejo por la carretera (elocuente y buen personaje interpretado por el gran Robert Duvall).
Es el retrato de la pareja protagonista lo que dota verosimilitud a todo el largometraje, conectando con todo aquél espectador que esté realmente pendiente e identificado con los problemas y visicitudes de ambos. Todos sabemos de la calidad interpretativa de Viggo Mortensen, el cual hace lo que tiene que hacer en todo momento, pero la verdadera revelación de La Carretera se llama Kodi Smit-McPhee. Un tierno infante que arrebatará el corazón de los más duros del lugar, y que tiene momentos en los que está realmente magnífico, conmoviendo con sus miradas, llantos y gestos. Es la inocencia en un mundo vilmente embrutecido lo que hará que te transportes e identifiques con el pequeño mundo que está intentando construír su padre alrededor de él. En definitivas cuentas, una actuación de libro. El chico tiene madera, y no son pocos los que piensan que es el próximo Christian Bale (recordad su papel en la excelente El Imperio del Sol), dado sus duelos interpretativos con un actor de la talla de Viggo. Tiempo al tiempo (aún es pronto para hablar sobre la carrera del niño), pero hay que tener un ojo encima de él.
Para dar ejemplo de que La Carretera es una obra maestra en todos y cada uno de los apartados que toca (y no solo a nivel de actuaciones), decir que estéticamente, La Carretera está a otro nivel. La fotografía de nuestro compatriota Javier Aguirresarobe es digna de admiración, abogando por tonos grises y apagados, sucios y ocres, sin nada de iluminación artificial y dependiendo de los caprichos del astro rey para rodar (si se levantaban las nubes en el set de rodaje, se paraba todo). Tiene algunos momentos preciosos en el término visual, como son un par de planos aéreos alrededor de ciudades devastadas con enormes barcos anclados y estampados en sus calles y edificios o deprimentes paisajes carbonizados donde los árboles se caen uno tras otro. El escenario apocalíptico es un personaje más en La Carretera, es un compañero más de viaje de la pajera protagonista, y como tal, tiene una importancia vital en el desarrollo de la historia.
La Carretera es una obra maestra. Sin rodeos, sin tapujos. No es de fácil asimilación, es una película pesada y de difícil digestión, pero es una muestra del buen cine en tiempos difíciles, y es transportadora de un mensaje digno y puro en momentos convulsos. Es una oda a la dignidad humana cuando la desesperación llama a la puerta. En los tiempos que corren, donde las salas se llenan de personas que se consideran cinéfilas pero se dedican a contar dólares y centavos en los resultados de las taquillas (como los mismísimos directores y jefes de las compañías a las que tanto critican cuando solo miran por el vil metal) y en los que o estrenas tu película en chorrocientas dimensiones o no eres nadie, La Carretera brilla por luz propia. Brilla en un océano de ceniza cinematográfica gracias a sus actuaciones, a su grandioso y eficiente guión (una de las mejores adaptaciones jamás vista) y a una estética y fotografía digna de admiración. La Carretera es una de esas películas ignoradas, casi de culto, que con el paso del tiempo, serán recordadas como joyas de su tiempo, cintas que no tuvieron la suerte ni la publicidad necesaria para ser recordadas por el gran público (ni por la crítica, como es evidente dada su no inclusión en ninguna de las candidaturas a los Oscars), pero que perduran en las retinas y corazones de todos aquellos que en su momento apostaron por ella. Ahora es el momento de reflexionar y pensar seriamente, si uno lleva el fuego cuando nos referimos a eso de amar el cine haciéndolo perdurar mediante el recuerdo y la honra o si por el contrario se encuentra en el colectivo devorador de las películas espectáculo cuales caníbales cinematográficos. Si está entre los primeros, no se la pierda. Lo agradecerá.
http://open.spotify.com/album/0w9ZV8fOJuCXb9MqHPkTKG
La banda sonora es simple pero emotiva, a cargo de la pareja que nos brindó la excelente pista de audio de El Asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, Nick Cave y Warren Ellis.
En definitiva, os la recomiendo a todos.
Hasta la proxima.
WPM
domingo, 16 de mayo de 2010
Comix Time: Empezamos.
Mejor antes del 01/01/01
La gerencia no se hace responsable por fechas de vencimiento incorrectas.
La gerencia no se hace responsable de tu enojo, tu desconcierto o tu insuficiente inteligencia.
La gerencia no está interesada en tu respuesta.
Trabajo propenso a mutación espontánea.
Freeware ideológico: distribuir a voluntad.
1
Éste es el momento. La industria Occidental de los comics está dispersa, desenfocada, gravemente confundida. Períodos tales son óptimos para la revolución violenta. El Viejo Bastardo dice que afiles tus hachas, arregla tus asuntos y empaques tu Royphnol; salimos en un viaje para reclamar la industria de los comics y rehacerla a otra imagen. Específicamente, la mía.
2
La cultura pop se está oscureciendo de nuevo. Acéptalo y deja de quejarte, o quédate en tu casa y sigue intentando convencer a tu anciana madre de que en realidad no estás sentado en tu cama oxidada y crujiente fantaseando con Betty y Verónica. Las personas que se niegan a ver en qué tiempos estamos son un exceso de equipaje.
Deja de quejarte acerca de lo que te estoy diciendo el tiempo suficiente como para escuchar lo que te estoy diciendo. Sé un adulto.
3
La novela gráfica o álbum (u otra nomenclatura más adecuada aún por acuñar) es la forma óptima para los “comics”. La forma intermedia es la serialización a través de una colección, lo que solía llamarse “miniserie”. DC Comics no se convirtió en la editorial No 1 en términos de ventas gracias a sus títulos regulares. Se convirtió en la editorial No 1 gracias a los masivos y crecientes ingresos generados por sus novelas gráficas y álbumes. Los comics no son “entretenimiento habitual” que necesita permanecer estático y requiere ser difundido regularmente hasta que la muerte nos separe. Esas son las tiras de prensa, e incluso a ellas a veces se les permiten finales dignos. A los comics, como a sus medios relacionados, las novelas y el cine, se les debe permitir contar historias completas. Si no puedes manejar eso, entonces realmente necesitas estar en otro negocio. Aquellos que nos apoyen serán recompensados con un incremento en las ventas y les será dado el regalo del Futuro. Las personas que intenten detenernos serán pisoteadas.
4
Una vez, los personajes fueron la parte más importante de una revista para su audiencia. Luego, la marca de la editorial se volvió lo capital. Después emergió un cisma, donde por cada persona que se alineaba detrás de una editorial, otras se alineaban detrás de una familia particular de revistas de una editorial. Todos esos sistemas de identificación se están yendo por la senda del dodo en el nuevo siglo. Pero una nueva alineación está emergiendo. Más y más tiendas están acomodando sus revistas no por editorial, no alfabéticamente por título, sino por creador. Lo cual tiene sentido. ¿Vas a la disquería y buscas el nuevo long-play grabado por tu grupo popular favorito por compañía discográfica? ¿Vas a buscar el single de Eels en la sección de Dreamworks de Tower Records? Por supuesto que no, carajo.
Nadie quiere que los creadores parezcan más grandes que los personajes. Los editores odian la noción de que Grant Morrison pudo haber sido algo más importante para ACTION COMICS que la presencia de Superman – tal vez que los personajes no se vendan a sí mismos y los creadores sí pueda tener algo que ver con eso.
La gente responde a las reseñas y las apariciones en los medios masivos y los recuerdos entrañables cuando entra a las tiendas en busca de lo nuevo de Neil Gaiman, o lo nuevo de Alan Moore, o lo nuevo de Frank Miller. Así que acomoda de acuerdo a eso. Deja que la gente tenga una sección de Neil Gaiman en las tiendas, o de Alex Ross, o de Will Eisner, o de Grant Morrison. Puede que no seamos un medio adulto todavía, pero si nos vestimos como tal, podríamos acercarnos más a serlo.
5
Qué se jodan los superhéroes, francamente. La noción de que esas cosas dominan un género entero es absurda. Es como si cada librería del planeta tuviera en noventa por ciento de sus estanterías repletas por novelas de enfermeras. Imaginate eso. Quieres una novela nueva, pero tienes que vadear entre trescientos nuevos libros acerca de romances en los pabellones antes de poder encontrar cualquier otro género. Un medio donde la relación de ficciones acerca de enfermeras sobrepasan a la ficción literaria mainstream en una proporción de cien a uno. Los comics de superhéroes son como un maldito hongo asqueroso y asfixian todo lo demás.
Ha estado de moda y se ha hecho una tendencia, recientemente, decir que los superhéroes están, ya sabes, bien. Y, si están bien hechos, estoy de acuerdo contigo. Hay espacio para toda clase de buenas obras, no importa de en qué género estén.
Pero eso no te excusa de salir e incendiar todas las malas obras hasta las putas raíces con antorchas. Eso no excusa toda la basura innombrable que DC y Marvel e Image y todas las demás arrojan a la calle cada mes. Si quieres leer trescientos comics de superhéroes por mes entonces estás enfermo y necesitas ayuda médica.
Arranca de sus cadáveres humeantes las cosas que llevaron a los comics de superhéroes a dominar el medio – la loca energía, las imágenes asombrosas, el fetichismo, lo que sea – y aplícalas al relato de otras historias en otros géneros. Eso es todo lo que hizo THE MATRIX, después de todo.
6
Lo que dices en la red no importa. Lo que solías decir en las páginas de correo no importa. Nadie te está escuchando. Porque siempre que alguien te pregunta qué piensas, le pides que traigan de regreso a los putos Micronautas. La moneda de tu desinformada opinión está completamente arruinada. Vuelve cuando tengas algo valioso que decir.
7
Demasiada energía de la industria está focalizada en crear comics para chicos que los chicos o no leen o no encuentran. La cultura de distribución de los comics es casi exclusivamente un medioambiente para varones adolescentes de todas las edades. Trina Robbins tiene una devoción fanática por producir comics para chicas, lo cual es genial. Necesitamos más fanáticos genuinos. Pero Trina Robbins produciendo comics para chicas que después son vendidos exclusivamente en la red de venta directa para tiendas especializadas no es nada menos que retardado. Porque las chicas no saben que está ahí. A Mark Waid se lo oye frecuentemente quejarse de que, en IMPULSE, estaba escribiendo una serie infantil que era leída sólo por hombres de cuarenta años. Porque, acá van las noticias; los chicos ya no van más a las tiendas de comics. Incluso los chicos mas nerds van al Virgin Megastore a alquilar juegos de Playstation, si no están en su casa descargando pornografía. A “los chicos” no les importa un culo de rata tu mierda. Si los chicos consiguen comics es porque los compran, o hacen que se los compren, en el kiosco. Y las editoriales abandonaron los kioscos hace mucho mucho tiempo. Demonios, abandonaron los comics infantiles hace mucho tiempo. Quiero decir, ¿viste alguna campaña dedicada a contarle a los padres que hay un comic de las Chicas Superpoderosas que puede conseguirse en las comiquerías? Una de las ventajas de mi trabajo es que obtengo copias de gentileza de todas las revistas DC. Mi hija de cuatro años prácticamente me arranca el brazo para conseguir el nuevo comic de las Chicas Superpoderosas. Si alguien se preocupara lo suficiente, las muchedumbres podrían reunirse mañana en las comiquerías buscando estas obras. Pero no lo hacen. Evidentemente los comics de POKEMON estuvieron oscilando entre algo así como un millón de unidades por mes en cierto punto. ¿Viste a esos lectores en tu comiquería local? ¿Viste esas revistas ranqueadas en el Top 2000? No.
Así que date por vencido. Abandona. Trabajá para hacer que las comiquerías sean lugares donde los adultos quieran entrar. Los adultos son buenos. Muchos de ellos tienen trabajos y por lo tanto tienen dinero para gastar. Dales obras adultas que comprar, el equivalente a novelas o películas. Entiende que cuando escribes CAPE GIRL o ZAP BOY, no estás escribiendo para tu entrañablemente imaginada audiencia infantil. Eso no existe. Estás escribiendo para un varón soltero de cuarenta y cinco años que vive en un departamento de una habitación, que escucha a Madonna y que probablemente se está masturbando sobre tu obra. Quiero que tengas esa imagen en tu cabeza la próxima vez que te sientes a crear una de esas obras. Tu peor fan pesadillezco de convención, bañándose en transpiración mientras fuerza su mirada través de gruesas lentes para ver tu dibujo de Zoom Woman.
Entonces anda y haz algo mejor con tu tiempo. Porque te lo estoy diciendo ahora, se me acabó la paciencia y si no eres parte de la solución, eres parte del problema.
¿Y quién sabe? En unos pocos años, cuando hayamos alcanzado el punto donde la mayoría de las obras dentro de un tienda de comics sean adecuadas para lectores mayores de 10 años, entonces quizás podamos hacer la movida de establecer secciones infantiles, como se ve en las librerías de todo el mundo. Tiene sentido. El material infantil es uno de los sectores más lucrativos de la edición. Una vez que hayas creado un espacio donde los adultos no-hobbistas estén felices de entrar, puede que ellos traigan a sus hijos un día. Y entonces podremos empezar.
8
Yo soy parte del problema. Jodete.
9
Esta es la oportunidad perfecta para empezar a construir un medio adulto. La industria fluctúa, el mercado directo está en problemas. Nosotros aprovechamos los tiempos de cambio y torcemos las cosas siguiendo nuestra poderosa voluntad. Provoca el cambio.
10
Comienza.
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Warren Ellis
Southend
Marzo de 2000
sábado, 15 de mayo de 2010
Bajar los sueldos
Zapatero acaba de anunciar que, para controlar el déficit público, va a reducir los sueldos de los funcionarios y congelar las pensiones. Esto me hace platearme algunas preguntas.
¿Es esta una medida justa? Pues no. ¿Cómo va a ser justo que uno le bajen el sueldo (o se lo congelen) por las buenas?
Por otra parte, no todos los funcionarios van a sufrir la misma reducción: se les bajará más a los que más ganan. ¿Es esta una decisión adecuada? Pues depende. Peor sería que se les bajase más el sueldo a quienes menos ganan, claro, pero sigue siendo injusto que la bajada de sueldo no tenga ninguna relación, por ejemplo, con el rendimiento o la productividad de cada funcionario.
Que a uno le bajen el sueldo no es justo; que se lo bajen en razón de lo que gana y no de lo que rinde, tampoco. Pero quizás lo más importante no es si esto es justo o injusto. Tampoco es justo que mucha gente se quede en paro, que algunos no encuentren trabajo o que muchos trabajos estén infrapagados… En crisis económica se producen muchas injusticias.
Quizás lo que tenemos que preguntarnos no es si bajar los sueldos de los funcionarios es justo, sino si es necesario. Bueno, lo que está claro es que en la situación en la que estamos, es necesario reducir el gasto público; lo que no está tan claro es que haya que empezar con los ingresos de los funcionarios y de los pensionistas. Podíamos empezar, por ejemplo, por recortar el gasto militar, por reducir el número de cargos políticos “de confianza”, por dejar de pagar complementos salariales de por vida a quienes pasan por determinados cargos públicos, por perseguir en serio los grandes fraudes fiscales, por controlar la corrupción, o por regularizar la situación de los sueldos en los ayuntamientos. Las corporaciones municipales fijan sus propios salarios y la consecuencia de ello es que existen muchos alcaldes en este país (no todos de grandes ciudades, además) que cobran más que un ministro…
miércoles, 12 de mayo de 2010
The Rocky Horror Picture Show
Esta película dirigida por Jim Sharman en 1975 habla de cómo dos jovenes caen en el mundo de picardía y perversión de un científico travesti, pero dejadme que indague más en el argumento.
Argumento
Un criminólogo nos cuenta la historia de Brad Majors y Janet Weiss, una pareja que se promete en matrimonio y va a darle la gran noticia a su amigo y ex-tutor el Dr. Everett Scott. De camino, sufren un incidente y deciden acercarse a la casa más cercana a preguntar por un teléfono.
Al llegar a la casa se encuentran una fiesta un tanto extraña y una serie de estrambóticos criados que les llevan al Maestro que es, ni más ni menos que, un travestido obseso sexual, el cual ha creado una criatura. El resto de la película se centra en la noche que pasan allí y en las situaciones absurdas (y, mejor que eso, bizarras) que les ocurren en ese castillo.
Reparto
Brad Majors (Barry Bostwick): El héroe. Un joven enamorado, valiente pero algo enclenque.
Janet Weiss (Susan Sarandon): La heroína. Mujercita casta y pura que sueña con casarse con su novio.
Frank n' Furter (Tim Curry): Un científico. Travestido que se dedica a crear criaturas para liberar sus "tensiones".
Dr. Everett Scott (Jonathan Adams): Un cientifico Rival. El ex-tutor y amigo de Brad y Janet. Paralítico que estudia a Frank por su extraño entorno.
Columbia (Little Nell): Una groupie de Frank. Chica que sirve al científico, está enamorada de él.
Magenta (Patricia Quinn): Una criada. criada de Frank y hermana de Riff Raff.
Riff Raff (Richard O'Brien): Un criado. Es la mano derecha de Frank, le sirve para cualquier cosa.
Eddie (Meat Loaf): Un chico. Eddie, nada más nacer, llevó su vida por el mal camino hasta acabar en la casa de Frank.
Rocky Horror (Peter Hinwood): Una creación. Es la última creación de Frank, un rubio bien moreno y musculado.
El criminólogo (Charles Gray): El narrador de la historia.
Esta descarada película sale de un musical, así que además de tener acción trepidante nos sorprende con buen hilo musical, bastante frecuente, en el que oíremos cantar a cada uno de los personajes de la película. Así que os dejo un par de videos (no he encontrado más, pero me parecen suficientes)
Esta película me ha gustado por lo diferente y original que es, hay que ser valiente para hacer una película de este estilo en esos tiempos. La recomiendo a todo el mundo por su fantástica banda sonora y personajes, sobre todo el interpretado por Tim Curry (actor al que admiro mucho después de ver esta película por que hay que tener los huevos muy cuadrados).
Y así concluyo, lectores. Hasta la semana que viene.
La biografía de Motley Crue
Bueno, hoy me apetece hablar de un libro, la biografía de Motley Crue.
Supongo que muchos conoceréis a este afamado grupo, pero para quien no lo conozca:
Motley Crue es un grupo de Glam metal de los ochenta formado por Vince Nail (vocalista), Mick Mars (guitarra), Nikki Sixx (bajista) y Tommy Lee (batería), este último también es conocido por cierto video picante con Pamela Anderson en un barco.
La banda es uno de los grandes iconos del Glam metal de los ochenta, junto con grupos como Poison o Cinderella. Motley son un grupo conocido por su música (con temas como "shout at the devil", "girls, girls, girls" o "too young to fall in love" entre otros) pero, sobretodo, por sus "gamberradas" (por decirlo de alguna manera).
A mi me encanta Motley crue, por eso, en navidades me regalaron la biografía.
Bien, el Libro ya para empezar tiene un gran punto a favor, la sinceridad. Está tan plagada de todo tipo de detalles escabrosos, situaciones bizarras e inmorales que realmente llegas a plantearte que tipo de cosas se callan. Hay momentos en que puedes llegar incluso a despreciar muchas de las cosas que hicieron, como por ejemplo cuando Nikki Sixx cuenta que a los catorce años se cortó en un brazo y le dijo a la policía que había sido su madre solo por que ella le había dicho que bajara el volumen del amplificador. Cada capítulo está escrito por uno de los integrantes del grupo, managers varios, y algún que otro extra, lo cual la hace más entretenida por que tienes varias versiones de toda la historia en todo momento.El libro se hace realmente ameno, es dificil que cada capítulo no te saque un par de carcajadas, aunque también hay partes bastante duras, cuando cada uno narra sus problemas con las drogas, con su familia, incluso Vince Nail en un capítulo cuenta con dolor cuando perdió a su hija de seis años por culpa del cáncer. En esas páginas está Lo bonito, lo triste y lo soez de Motley crue, desde sus infancias hasta practicamente el presente. Aparte de la vida, obra y "milagros" de los chicos, también es interesante que te acerca un poco a saber como eran las cosas en california en aquella época. Muchísimos músicos salen mencionados en sus historias descabelladas, giras con Ozzy Osbourne, juergas con los chicos de Hanoi rocks, miles de altercados y peleas con Metallica, cualquier fan del metal ochentero pasaría buenos ratos con este libro entre las manos.
Está claro que no estoy hablando de una gran obra literaria, pero cumple muy bien su función, entretiene, no se hace pesado y cuenta todo lo que hay que contar sobre Motley crue.
W.P.M
lunes, 10 de mayo de 2010
Death Proof: Un quiero y no puedo.
A prueba de muerte
El punto sangrante de la fallida Death Proof, es que no funciona bien como parodia del género que intenta homenajear. Su estructura de guión es brillante, como siempre en el cine de Tarantino, y sus constantes diálogos (casi el 80% de la película se sustenta en ellos) son buena muestra de ello. Pero hay algo que no termina de funcionar. Primero, es su lento y engorroso desarrollo. La película tarda demasiado en arrancar y en presentar unos personajes, a priori, sosos y algo prescindibles. No es hasta la llegada del bar mexicano de carretera (interesante cameo de Quentin, por cierto) cuando vemos que tipo de avatares intervendrán en la aventura y de que pasta estan hechos. Hasta ahora habíamos tenido una dilatada y algo vacua presentación del grupo de chicas, pero no terminaban de arrancar. Sus conversaciones sobre hombres y demás temas claramente femeninos, son meramente impagables, pero ninguna destacaba por su personalidad. Death Proof son dos películas en una. Por una parte, es una película del típico asesino en serie peligroso de serie B (del conocido como género slasher), y por otra, una excelente road movie con trepidantes persecuciones de por medio. Hasta la mitad de su metraje Death Proof es una película que no termina de funcionar ni arrancar. En la idea original propuesta por Quentin Tarantino, el cambio de juego y concepción argumental (de presa a ratón y viceversa) que podría haber logrado encumbrar a la película como joya y rara avis de la filmografía del director y que a buen seguro hubiese hecho a la cinta más redonda, no termina de cuajar. En principio, es un cambio radical. El personaje de Kurt Russell (El Especialista Mike) pasa de ser el cazador y acosador, al cazado y acosado. Sus presas se rebelan, y su carácter, de ser agrio, chulesco y peligroso, a cobarde. Es la inversión total de los papales. Dicho giro imprevisible, que hubiese sido el golpe de efecto que realmente quería Tarantino, no termina de cuajar.
La presentación del nuevo grupo de féminas es más redonda, cuidada y agresiva que las de la primera comparsa. Si nos ponemos a mirar fijamente las personalidades de cada una, vemos que si mientras las primeras eran chicas comunes, algo aburridas o simples, las nuevas son aguerridas, luchadoras, inteligentes e inconformistas. Es de nuevo la yuxtaposición de ambos grupos lo que hace que las diferencias propuestas en el guión de Tarantino salten a la vista. En la teoría queda genial. Pero en la práctica... Hay cosas que fallan y arrebatan todo logro que se puedise haber conseguido con el presente guión.
El primero de los fallos visibles, es la falta de talento a la hora de actuar de Zoe Bell (la chica especialista en la segunda mitad de la cinta). Entiendo que la intención de Quentin Tarantino fuese la de buscar a una especialista de verdad (no obstante Zoe dobló a la Novia en las escenas de riesgo y acrobacias en Kill Bill) , y que con ello, dotase de una verosimilitud palpable al personaje y a la película en general, pero no funciona. Es una chica mona, preparada y con buena presencia, pero no es una actriz que te sustente casi una hora de metraje. Sobre todo, cuando tienes a una Rosario Dawson que cumple con creces en las situaciones que le planteas. Puede ser que Tarantino tampoco buscase la perfección cinematográfica absoluta (tenemos que tener en cuenta que Death Proof es un homenaje al género grindhouse con lo cuál no hay que buscar una calidad excelsa en todos los apartados), pero si se hace una película de serie B deluxe y con semejante mimo...¡qué menos que cuidar algunos detalles!
Y es lo que nos lleva al segundo punto. Otro de los cambios en la segunda parte de la película, es el tono y el lenguaje cinematográfico. Tarantino es un director que siempre está jugando con el metacine y el lenguaje para/con el espectador. Son constantes los guiños gráficos (las flechitas que señalan importantes personajes en Malditos Bastardos o el detalle de La Novia hablando directamente con los espectadores en Kill Bill Vol 2) en sus largometrajes, y eso, si bien en la primera parte de Death Proof eran notables (pérdidas de rollo, encuadre y defectos de celuloide varios), en su segunda mitad, todo desaparece en pro de un rodaje meramente digital, estético y limpio. No es muy lógico, que una película que es un claro homenaje a un género tan particular como el grindhouse o el exploitation, quede tan refinado, pulcro, frío y vacío por el cambio de la forma de rodar. Robert Rodríguez en su hermana de concepción, Planet Terror estuvo muchísimo más inspirado, con constantes defectos de celuloide, pérdidas de rollo y sonido o problemas visuales varios. Sabe utilizarlos en su película, sabe jugar con ellos y sacarle provecho para la particular narrativa de su cinta. Tarantino, por extraño que parezca, no. Si bien al principio parece que intenta usarlos como su amigo mexicano, cuando la película cambia de rumbo argumental, se olvida absolutamente del tema. Es un problema bastante evidente, pues todo sentido paródico del género queda diluído, y la parte que parecía mejor cinematográficamente hablando, queda coja.
Death Proof en definitiva, es una película de contrastes. Tiene cosas buenísimas, como su excelente libreto (apoyados en unos diálogos fluídos e interesantes como a los que nos tiene acostumbrados Tarantino) y su maravillosa selección musical. Intenta aportar un giro imprevisible con un revulsivo al género slasher y de serie B con un cambio hacia la mitad de la película, pero no termina de funcionar. Unos personajes que no terminan de ser creíbles y una falta de tacto en el lenguaje cinematográfico propio del género al que padorian, lastran por completo el resultado final de una cinta que podría haber sido muchísimo más de lo que ha acabado siendo.
Hasta la próxima.
WPM
domingo, 9 de mayo de 2010
Operación bikini
Se acerca el verano y ya estamos, como todos los años, hablando de la “operación bikini”. En unas revistas nos cuentan cómo perder antes del verano “esos kilos que te sobran” con una dieta más o menos milagrosa; en otras nos advierten del peligro de someterse a dietas sin control médico, de lo rápido que se vuelven a ganar los kilos que se pierden deprisa…
Hay varias cosas en este fenómeno que me desconciertan (y me cabrean también, para qué nos vamos a engañar).
La primera de ellas es por qué “bikini”. Todo esto, según parece, es un asunto de mujeres. No quiero desatar aquí mi vena feminista (que la tengo), pero, por poco feminista que me ponga, vamos a ver, ¿cuál es la cuestión? ¿Los hombres no necesitan adelgazar y las mujeres sí? No creo que haya más sobrepeso entre las mujeres que entre los hombres. La cuestión es que el aspecto físico de los hombres, por muy metrosexuales que se hayan vuelto algunos, importa relativamente, mientras que para las mujeres se considera que ese es un asunto crucial. Y sí, no nos engañemos: estamos hablando de aspecto, no de salud. La obesidad mórbida no es el objeto de las dietas tipo operación bikini. La operación bikini es cosa de mujeres igual que es cosa de mujeres teñirse las canas o depilarse las axilas. No hacen falta muchos argumentos para demostrar que, objetivamente, pelo es pelo, sea de hombre o de mujer, canas son canas y grasa corporal es grasa corporal. Me parece perniciosa esta presión social que sufrimos las mujeres para adaptarnos a determinadas “normas” de aspecto físico y arreglo personal.
La segunda son las dietas en sí. Supongamos que, en efecto, necesitamos perder peso… Todo esto de las dietas rápidas y las dietas-milagro es una tomadura de pelo porque, en realidad, adelgazar no tiene ningún secreto: hay que gastar más de lo que se ingiere. Hay mil formas de conseguirlo, pero comer una sola cosa durante días o sustituir comidas por barritas de distintos tipos no parecen las formas más razonables.
La tercera es la exaltación de la delgadez. Ya parece un tema trillado lo de la excesiva delgadez de las modelos y el mal ejemplo que constituye, sobre todo para las adolescentes y las mujeres jóvenes, pero no debe de estar lo bastante trillado cuando se sigue considerando que es genial estar muy delgada. Es más, para ser completamente genial no basta con estar muy delgada; además, tiene que conseguirse sin mucho esfuerzo. Las que consiguen estar delgadas porque hacen mucho ejercicio y miden bien lo que comen, en el fondo son unas pringadas. Las verdaderamente guays presumen de comer mucho y de todo (sobre todo dulces y chocolate) sin engordar nadita de nada. Esto sí que tiene bemoles, porque esto de comer y comer sin engordar sería, en todo caso, una grave anomalía genética, evolutivamente hablando. Estas personas que necesitan tantísimo combustible para obtener tan poquito resultado tendrían problemas para sobrevivir en una sociedad menos rica que la nuestra, así que la cosa no es como para presumir…
Hace falta un poquito de sentido común con esto del peso y del aspecto físico en general. La mayor parte de las normas que dictan lo que es bello y lo que no lo es responde a convenciones sociales y las convenciones sociales se pueden cambiar. Además, volviendo a lo del peso: hay muchas mujeres delgadas que están bien, pero las rellenitas de buen tipo suelen ser realmente espectaculares.
La semana que viene, queridas amigas, hablaremos de cómo mantenerse eternamente joven, ja, ja.